Comprender y cambiar el dinero

>> sábado, 11 de abril de 2009

Hay muy pocos seres humanos que no ven el dinero como una amenaza a su libertad. Pocos seres humanos se pueden jactar de no ser esclavos de eso que llamamos dinero. El que no lo tiene se hace su esclavo para adquirirlo y el que lo tiene se hace esclavo para no perderlo. Citando al importantísimo -y por eso mismo muy peligroso y muy desdeñado- economista germano-argentino Silvio Gesell: “La riqueza y la pobreza son situaciones semejantes invertidas. No pertenecen a un estado ordenado. No son compatibles ni con la paz entre ciudadanos, ni con la paz entre los pueblos. …La pobreza es una cadena y la riqueza es una cadena. La visión de cadenas es terrible para quien se considere libre y donde las vea tiene que romperlas.”

“Con dinero baila el perro,” reza uno de los dichos más comunes en nuestra sociedad y hay pocos que duden de su veracidad, pero hay menos todavía (y en primer lugar, curiosamente, habría que enumerar a los economistas) que se han preocupado realmente por romper la falta de libertad que genera el dinero tratando de comprender los porqués de esa esclavitud.

Tratemos pues de explicar las formas como el dinero llegó a ser el amo y señor del mundo.

Cuando Adam Smith, David Ricardo y posteriormente Marx, sus sucesores, Keynes y tantos más refinaron las ideas sobre la economía regulada por el mercado no tomaron en cuenta varios otros sectores de la vida social que participan de una forma trascendental en la economía. Esto quiere decir que, de forma paralela a la economía de mercado, existen simultáneamente varias economías que generan productos diferentes, los intercambian de forma diferente y para los cuales el significado del dinero es muy diferente.

Sin querer adentrarnos en demasiados detalles podemos decir que hay por lo menos seis de estos sectores económicos adicionales al del mercado como se define tradicionalmente: la economía gubernamental, la economía ilegal, la economía informal, la economía comunitaria no pagada, la economía casera y la economía ambiental.

En las teorías económicas convencionales, se teoriza casi exclusivamente en torno a la economía del mercado, presumiendo que el mercado es libre y se regula en base a la oferta y la demanda. Sin embargo podemos constatar sin lugar a dudas, que el mercado no es libre en absoluto. A través de su manipulación se pueden generar fácilmente la escasez de ciertos productos. Lo hemos visto en múltiples ocasiones cuando productores, sobre todo si ejercen alguna forma de monopolio sobre algún producto o son productores mayoritarios, pueden hacer que el precio de su producto suba no suministrándolo al mercado de acuerdo a la demanda. El ejemplo más evidente es el aumento internacional del petróleo que en última instancia se debe a la especulación sobre su inminente escasez. En México históricamente la generación artificial de escaseces ha sido un mecanismo común para obligar al gobierno a aumentar los precios fijos de los productos de la canasta básica. Pero la manipulación también puede generar demandas artificiales. Es evidente, por ejemplo, que la limpieza requiere de jabón. Eso es una necesidad real, lo artificial es que existan decenas de marcas de jabones diferentes que compiten entre sí generando impulsos de compra en torno a conceptos que ya no tienen nada que ver con la limpieza, como más o menos espuma, tal o cual aroma, con o sin enjuague, en fin. Hay por lo menos dos disciplinas, la mercadotecnia y la publicidad, que existen gracias al hecho de que los mercados son manipulables. Si el mercado no fuera manipulable, ni la mercadotecnia ni la publicidad tendrían manera de existir. Tampoco existirían miles de productos que en el fondo son absurdos e innecesarios que únicamente satisfacen las necesidades de obtención de riqueza de unos cuantos. El objetivo evidente de los participantes en la economía del mercado es la obtención de riqueza a través del intercambio de productos y servicios y el significado del dinero, en la economía de mercado, lo podemos transcribir como “boleto de riqueza”.

El gobierno, para los economistas convencionales, es importante solamente en cuanto a su papel de regulador del mercado, sin embargo esto también es una falacia. No hay que olvidar que los gobiernos del mundo son los consumidores más importantes de sus respectivos mercados nacionales y, que la forma cómo actúan como tales en muchas ocasiones obedece a preceptos administrativos que harían quebrar a cualquier otra empresa. Un ejemplo extremo de esto es el gobierno de los EEUU, que por un lado se eleva como el paladín defensor de la economía de mercado, y por el otro lado acapara y manipula todo un segmento del mercado que es el de la producción de armamento. Es bien sabido que la economía estadounidense se sostiene en buena medida gracias a la industria armamentista. En el 2008, el presupuesto total del gobierno de los EEUU fue de 930 mil millones de dólares, de esos el 51% (481 mil millones) están destinados a la defensa, pero la cosa es aun peor ya que a esos 481 mil millones hay que agregar otros 39 mil millones para lo que llaman “asuntos de los veteranos”, es decir fondos gastados en aquellos que alguna vez fueron soldados, combatieron en guerras y quedaron lisiados, locos o dejaron huérfanos y viudas. En comparación, para el rubro de educación solo destinan 56 mil millones de dólares, una cantidad algo mayor de la que le dedican a sus veteranos de guerra. Ese presupuesto genera enormes cargas industriales para algo que no es sustentable desde ningún punto de vista salvo el del ejercicio ilimitado y global del monopolio de la violencia. La pregunta clásica sobre qué es lo que se podría comprar con esos 520 mil millones que el gobierno de los Estados Unidos gasta anualmente para la guerra tiene como respuesta todo, todo menos la tierra: Todo lo que existe de bienes materiales en los mismos Estados Unidos, todas las construcciones, toda la infraestructura, se puede comprar con un solo año de su presupuesto militar. Otro ejemplo de nuestro propio país es Pemex, la empresa más grande de México y al mismo tiempo una de las menos redituables porque en realidad no importa si se administra o no con una lógica empresarial siempre y cuando genere los fondos suficientes para mantener un margen de manejo presupuestal significativo. En el 2006, las generación de ingresos petroleros para nuestro gobierno fue de 923′000 millones (40%) de los 2′263′602 millones totales de pesos que tuvo el gobierno a su disposición en forma de presupuesto. La actual discusión sobre la privatización de Pemex interponiendo el argumento de que el petróleo es de los mexicanos es tan ridícula como afirmar que el pueblo de los Estados Unidos es belicoso. El verdadero dueño del petróleo en México es el gobierno y cada gobierno lo ha manejado de acuerdo a prioridades específicas dictadas desde lógicas ideológicas y políticas. El que le hace la guerra a Iraq, a los talibanes y apoya a Israel en su guerra contra los palestinos, es el gobierno de los Estados Unidos, no su gente. Lo que opinan y necesitan sus respectivas sociedades, hasta ahora ha sido real y francamente secundario. El significado del dinero en las economías gubernamentales se puede transcribir como “boletos para el control y la inercia institucional.”

El sector informal, por lo menos en nuestro país es claramente distinto al del mercado tal y como se define en las teorías económicas convencionales. De acuerdo a la última definición de la Organización Internacional del Trabajo el “sector informal está integrado por todas aquellas empresas no constituidas en sociedad que forman parte del sector de los hogares, dedicadas a la producción de bienes o servicios, o con la finalidad primordial de generar empleo e ingreso para las personas involucradas.” En México las actividades de la economía informal se centran en los hogares, la industria manufacturera, la construcción, el comercio, los restaurantes, el transporte y los servicios personales. Se calcula que genera alrededor de 445,486 millones de pesos, que representan el 12.7% del PIB total del país, una cantidad que triplica lo generado por la agricultura y la ganadería juntas. Las percepciones obtenidas por los dueños de los negocios informales, representan el 17.0% de las ganancias generadas por la economía en su conjunto. A su vez este sector absorbe el 28.5% de la población ocupada total, si se excluye el sector agropecuario. El significado del dinero en la economía informal se puede transcribir como un “boleto de supervivencia”.

La economía ilegal por muchos, sobre todo las partes conservadoras que intervienen en la economía de mercado tradicional, se confunde con la economía informal. Sin embargo ambas tienen características marcadamente diferentes. En la economía informal no se busca el enriquecimiento a ultranza, ni la colocación de productos prohibidos en el mercado formal. En la economía ilegal si se trata de suplir al mercado con productos cuya demanda rebasa los cánones legales y existen tres subsectores fundamentales que tienen diversos grados de poder y desarrollo específico a lo largo y ancho del mundo. Estos tres subsectores son el narcotráfico, el mercado ilegal de armas y el tráfico ilegal de seres vivos, tanto humanos (esclavitud, tráfico de órganos, trata de blancas, etc.) como animales y vegetales. Debido a que este sector económico siempre se maneja al margen de la legalidad uno de sus subproductos es su gran potencial de generación de violencia. En este sector el dinero es un “boleto de enriquecimiento rápido”.

La economía comunitaria no pagada tiene como finalidad el suplir y dar servicio a aquellos que no logran generar la satisfacción de sus necesidades en el mercado formal. Aquí encontramos a miles de filántropos, a personas que realizan labores de asistencia comunitaria gratuita en todos los niveles, a ciudadanos que voluntariamente asumen tareas que deberían de ser cubiertas por los gobiernos como los cuerpos de bomberos o los rescatistas voluntarios. Con incluso más frecuencia encontramos aquí a aquellas personas como las abuelas que se hacen cargo del cuidado de sus nietos mientras sus madres y/o padres trabajan, y a los matrimonios que se hacen cargo de su padres ancianos desarrollando en ocasiones destrezas que no deberían de haber tenido la necesidad de aprender. En este sector el dinero, que es necesario para poder dar los servicios gratuitamente se convierte en un “boleto de misericordia”.

Sin lugar a dudas la economía casera es la más importante y al mismo tiempo la más desdeñada de las economías sectoriales. Cada hogar es una microempresa dedicada a la producción de seres humanos aptos para desempeñarse en cualquiera de los sectores económicos enumerados arriba. Si los hogares no cumplieran con esa función fundamental, ninguno de los demás sectores podría subsistir. Resulta curioso que la mayoría del trabajo que se realiza en este sector se desempeña de forma totalmente gratuita a pesar de requerir talentos inigualables y admirables. Lo que empeora aun más las cosas es que la remuneración muchas veces es la ingratitud y hasta el castigo si las labores no se ejercen a la altura que esperan, sobre todo, los integrantes varones de los hogares. Los estudios que se han hecho en torno a este sector en términos de valorar monetariamente su producción han arrojado cifras asombrosas que superan el valor de cualquiera de los demás subsectores económicos. El significado del dinero en la economía casera lo podemos transcribir como “boleto de bienestar y supervivencia”.

El último sector es el de la economía del ambiente. Hasta hace muy pocos años ni siquiera se consideraba como un elemento digno a considerarse. La naturaleza simplemente proporcionaba sus recursos y muy pocos se preguntaban seriamente si habría que tomar o considerar medidas económicas al explotarlos. A más tardar de la crisis de los energéticos de principios de los años 1970’s la naturaleza, sin embargo, se ha hecho cada vez más presente y resulta cada vez más evidente que está comenzando a pasarnos las facturas de lo que hemos hecho con y de ella. Los recursos de la Tierra son finitos y es de suma importancia que comencemos a aprender a vivir y convivir con ese elemento clave si no queremos vernos forzados a generar tecnologías para conseguir más recursos en la Luna, en Venus o en Marte. Es evidente que la limitación espacial de la Tierra presenta retos importantísimos ante los cuales nos tenemos que formular una gran cantidad de preguntas y encontrar una gran cantidad de soluciones que en todos los casos son apremiantes. En este sector de la economía el dinero es un “boleto de gratitud” y hasta ahora se ha aplazado su pago facturándolo a las generaciones futuras.

Dicho todo esto, hay que preguntarnos cuál es el problema de mantener los diferentes sectores de la economía en un solo mercado, y cómo se puede manejar política y prácticamente la economía en forma de sectores diferenciados.

Para encontrar respuestas hay que analizar el problema y las propiedades del dinero. Decía arriba que en cada uno de los sectores económicos el dinero es un boleto para algo… Eso quiere decir que el dinero tiene significados diferentes, necesita satisfacer necesidades diferentes y estos elementos se tienen que manejar diferenciadamente. Para no alargar demasiado este discurso, vamos a considerar solo dos aspectos que en la economía actual suceden simultáneamente y son parte importante del problema.

En todos los libros de economía nos dicen que el dinero en primera instancia es un medio de intercambio. En este sentido quizá sea uno de los inventos más geniales de la humanidad cuando a alguien se le ocurrió intercambiar cosas perecederas por cosas imperecederas. En la historia del dinero lo vemos una y otra vez. Si yo soy un pescador, mi pescado tiene una caducidad. Es decir que no solo lo tengo que intercambiar en poco tiempo, sino que también tengo que consumirlo en poco tiempo. El periodo de caducidad del pescado es corto. El grano, por el otro lado, si se almacena con los debidos cuidados, tiene una caducidad mucho más larga, de años incluso. Si yo cambio mi pescado por grano, por ende tengo mucho más tiempo para usar ese grano e intercambiarlo por otra cosa… Nuestros ancestros se dieron cuenta de esto y en los albores de la historia introdujeron el intercambio de productos poco manejables por su tamaño o por sus tiempos perecederos por intermediación de productos más manejables y duraderos. El primer “banco” por decirlo de alguna manera, fue el “banco egipcio de granos”. En México se usaron cacao, plumas y conchas. Buscando algo cuya durabilidad fuera “eterna”, algunas culturas descubrieron que ese algo eran los metales, sobre todo los metales que no están expuestos a la corrosión climática como el oro y la plata. Comenzando posiblemente en Mesopotamia donde los arqueólogos han descubierto las monedas de metal más antiguas, el uso de esos metales como medio de intercambio se fue extendiendo e imponiendo en todo el mundo. La colonización de América y las minas de plata de México, Perú y Bolivia tuvieron mucho que ver en la consolidación e imposición global de este proceso.

Como lo expone Hugo Salinas Price, si todo hubiera quedado en ese poder de intercambio de los metales en realidad no tendríamos mayores problemas en nuestra economía, la riqueza no estaría en manos de unos pocos y no estaríamos expuestos a los constantes ciclos de la inflación.

Eso se lo debemos al segundo aspecto del dinero que fue inventado, literalmente, por aquellos que se especializaron en el almacenamiento de los medios de intercambio. Unos personajes que hoy en día conocemos como banqueros. Estos personajes se aprovecharon de dos defectos humanos fundamentales, nuestra comodidad y nuestra poca capacidad de administrar y prever –en ambos casos dos formas de irresponsabilidad fundamental-, para sacar enormes ganancias que el hombre común nombra con la palabra usura y el banquero disfraza astutamente con el concepto de “costo del dinero”.

Cuando surgen los primeros almacenes de dinero, y recordemos que los primeros probablemente fueron de granos y otras mercancías agrícolas con un periodo perecedero largo, estos almacenes comenzaron a dar comprobantes de depósito por la mercancía depositada. La gente, viendo que era más cómodo hacer el siguiente pago con estos comprobantes en vez de ir al almacén por la mercancía, comenzó a usar esos comprobantes como un primer dinero de papel. Cada uno de ellos tenía la opción de recoger efectivamente el producto que lo respaldaba o usar a su vez el comprobante para otra transacción. A lo largo del tiempo, los almacenistas, con una mentalidad de banqueros incipientes, se dieron cuenta que la gente, que siempre ha buscado la comodidad, iba con poca frecuencia a recoger su producto en especie y prefería intercambiar los comprobantes-dinero. En teoría, cada uno de los comprobantes estaba respaldado por una cantidad de producto y existía la confianza de que así era efectivamente.

Los almacenistas-banqueros, aprovechando esa confianza, y el hecho de que por comodidad cada vez menos gente recogía los productos que respaldaban, comenzaron a emitir comprobantes que ya no equivalían a producto real sino a una promesa de producto y comenzaron a cobrar un interés por su emisión. La pregunta sobre quiénes eran los interesados en este tipo de comprobantes con interés nos lleva al segundo punto enumerado arriba: aquellos que eran incapaces de administrar y prever.

Supongamos que un campesino depositó toda su cosecha de grano en el almacén y recibió sus comprobantes a cambio. Con esos comprobantes solventó todas las compras que necesitaba a lo largo del año. Al comenzar la siembra se da cuenta que ya no tiene grano para sembrar, pero tampoco ya no tiene los comprobantes necesarios para sacar los granos que había depositado en el almacén. El campesino necesita urgentemente esos granos y está desesperado, así que acude al almacén y pide grano adelantado sobre su siguiente cosecha. El almacenista con mentalidad de banquero se lo da pero le pide “una iguala por el favor”, digamos que le presta 100 granos y exige que al terminar la cosecha el campesino le regrese 105. Esos 5 granos excedentes ya no equivalen a una mercancía existente, sino a una promesa de mercancía y en un primer momento era la esperanza del almacenista-banquero para poder cubrir la mercancía que amparaba los comprobantes en exceso que ya había expedido a otras personas en circunstancias más o menos semejantes.

Al principio, los porcentajes que podían pedir los almacenistas-banqueros eran pequeños porque la durabilidad de los productos que se usaban como medio de intercambio era relativamente corta. Pero, conforme se fueron introduciendo el oro y la plata como moneda, con una durabilidad prácticamente eterna y que además aumentaban de valor gracias a su escasez, los banqueros se hicieron cada vez más osados expidiendo cada vez más dinero de deuda respaldado por cada vez menos cantidades de metal hasta que, en 1971 el presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, decretó que el dinero emitido por los banqueros ya no tenía que estar respaldado literalmente por nada excepto la promesa de pago.

Resumiendo, la historia del dinero nos dice que el dinero tal como existe en la actualidad conlleva dos aspectos que son incompatibles entre sí. Por un lado, efectivamente, es un medio de intercambio, pero por el otro, es un medio de enriquecimiento. El primer aspecto necesita de la existencia de circulante en abundancia para poder funcionar, el segundo aspecto necesita de la escasez de dinero para justificar su funcionamiento.

A lo largo de la historia podemos observar que en muchas tradiciones religiosas y políticas del pasado, incluyendo el cristianismo medieval, se condenó e intentó prohibir el cobro de interés como algo que va en contra del bien común. Ese bien común es la existencia abundante de circulante. Ninguno de estos esfuerzos tuvo éxito. Los esfuerzos actuales de regulación política del dinero siempre giran en torno al cómo equilibrar los dos aspectos contradictorios del dinero mencionados arriba.

Las políticas económicas buscan garantizar una cantidad suficiente de circulante, mientras buscan la reducción de las tasas de interés para mantener baja la inflación. Esas tasas de interés bajas posibilitan la generación de más endeudamiento que es la condicionante tanto para la emisión de dinero fresco como para la generación de la riqueza. La proporción de dinero atesorado en cuentas bancarias va creciendo y el circulante disminuye con lo que comienza un círculo vicioso que tiene como resultado que la deuda total se dispare hasta confines ilimitados que tarde o temprano resultan impagables como sucedió el pasado octubre del 2008 llevando a la “quiebra” a los bancos con las mayores obligaciones crediticias.

Evidentemente las políticas contemporáneas no han sido muy eficientes en regular y mantener ese equilibrio y han fracasado rotundamente cuando se ha tratado de impedir la especulación crediticia o quizá habría que ser honestos y tajantes diciendo que nunca lo han querido hacer para no exponerse al costo político de incrementar los impuestos necesarios para pagar las deudas que los mismos gobiernos contraen para “satisfacer las necesidades del pueblo”.

Considerar estos puntos es sumamente importante para poder establecer y diferenciar una política económica sectorial sana que efectivamente se regule por las necesidades y significados del dinero en cada subsector.

Comencemos explicando lo que sucede tomando en cuenta solamente dos sectores, el mercado formal y la economía casera. Como podemos observar en la economía del mercado formal, el dinero tiene más importancia como medio de enriquecimiento que como medio de intercambio, pero para la economía casera es exactamente al revés. Esto se manifiesta de forma muy clara en el empobrecimiento del campo ya que en la economía rural predomina la economía casera, mientras que en la economía urbana conviven ambas, la del mercado y la casera, pero siempre en un desequilibrio a favor de la primera.

Un elemento fundamental es que una economía que busca el enriquecimiento siempre va a tender a acaparar el dinero para que ese mismo dinero genere intereses y “trabaje” para sus propietarios, como si fuera un trabajador más. Ese dinero tiene que generar a su vez más deuda y esa deuda tiene que generar más producción para que se pueda pagar y así ad infinitum en un proceso que Silvio Gesell llama la oxidación del dinero. El grito clásico de todas las políticas económicas gubernamentales es “crecer, crecer, crecer…” por el simple y sencillo hecho de que el dinero deuda genera más deuda y se necesita cada vez más producción para poder pagarla. Es un círculo vicioso sin fin aunque no finito.

El total de la actividad económica de cualquier país en 1950 equivale a una pequeña fracción del 3% de crecimiento promedio que se busca hoy en día para esas mismas economías nacionales. En 1950 todavía era relativamente fácil que se creciera 3, 4, 5 o más porciento y casi todos los países del mundo lo lograron. Hoy en día una exigencia de crecimiento de 3% requiere de muchísimo más esfuerzo, recursos naturales, generación de contaminantes y desperdicios, etc., y casi ningún país del mundo es capaz de cumplir con las necesidades de crecimiento impuestas por el pago de las deudas contraídas. En pocas palabras un crecimiento de esa magnitud no es sustentable porque el pago de la deuda crece exponencialmente, mientras que los recursos, todos los recursos excepto, quizá, el humano, son finitos y evidentemente su disponibilidad no crece, ni puede crecer en las mismas proporciones.

Ahora bien, el problema de todo este ciclo tal y como existe actualmente es que solo los dueños del dinero pueden generar más dinero de deuda nuevo. Se enriquecen cada vez más y paralelamente generan una escasez cada vez más grande de dinero de intercambio circulante lo que dificulta la satisfacción de las necesidades de la economía casera que depende de la abundancia de esta forma de dinero. En consecuencia vemos que en las economías caseras hay cada vez menos circulante, la gente empobrece y ya no puede satisfacer sus necesidades. En la economía rural hay cada vez menos recursos, mientras que la riqueza se concentra cada vez más en las ciudades. Para generar más producción que pueda cubrir el pago del dinero de deuda la economía de mercado absorbe todos los recursos que proporciona la economía natural y los recursos de aquellas economías donde el porcentaje de la economía casera es alto. Si al principio esto se manifestaba solamente en el interior de los mismos países, en la Europa del siglo XIX por ejemplo, hoy en día se manifiesta a nivel mundial. A esa absorción de riqueza y retiro de circulante se debe la existencia misma de un Primer y un Tercer Mundo, de un mundo desarrollado y uno subdesarrollado, de las colonias ricas en el centro de las ciudades y los cinturones de miseria que las rodean.

Citemos al respecto por real e ingenioso, el discurso del ensayista venezolano Luis Brito García titulado “Guaicaipuro Cuatémoc cobra la deuda a Europa” que ha circulado ampliamente por Internet y que desde mi punto de vista debe de seguir difundiéndose:

“Aquí pues yo, Guaicaipuro Cuatémoc, he venido a encontrar a los que celebran el encuentro.

Aquí pues yo, descendiente de los que poblaron la América hace cuarenta mil años, he venido a encontrar a los que se encontraron hace quinientos años.

Aquí pues nos encontramos todos. Sabemos lo que somos, y es bastante. Nunca tendremos otra cosa.

El hermano aduanero europeo me pide papel escrito con visa para poder descubrir a los que me descubrieron. El hermano usurero europeo me pide pago de una deuda contraída por Judas, a quien nunca autoricé a venderme. El hermano leguleyo europeo me explica que toda deuda se paga con intereses, aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros, sin pedirles consentimiento. Yo los voy descubriendo.

También yo puedo reclamar pagos, también puedo reclamar intereses.

Consta en el Archivo de Indias. Papel sobre papel, recibo sobre recibo, firma sobre firma, que solamente entre el año 1503 y 1660 llegaron a Sanlúcar de Barrameda 185 mil Kg de oro y 16 millones Kg de plata provenientes de América. ¿Saqueo? ¡No lo creyera yo! Porque sería pensar que los hermanos cristianos faltaron al Séptimo Mandamiento. ¿Expoliación? ¡Guárdeme Tanatzin de figurarme que los europeos, como Caín, matan y niegan la sangre del hermano! ¿Genocidio? ¡Eso sería dar crédito a calumniadores como Bartolomé de las Casas, que califican al encuentro de ‘destrucción de las Indias’, o a ultrosos como Arturo Uslar Pietri, que afirma que el arranque del capitalismo y la actual civilización europea se deben a la inundación de metales preciosos! ¡No! Esos 185 mil Kg de oro y 16 millones Kg de plata deben ser considerados como el primero de muchos préstamos amigables de América destinados al desarrollo de Europa. Lo contrario sería presumir la existencia de crímenes de guerra, lo que daría derecho no sólo a exigir su devolución inmediata, sino la indemnización por daños y perjuicios. Yo, Guaicaipuro Cuatémoc, prefiero creer en la menos ofensiva de las hipótesis.

Tan fabulosas exportaciones de capital no fueron más que el inicio de un plan Marshall-tezuma, para garantizar la reconstrucción de la bárbara Europa, arruinada por sus deplorables guerras contra los cultos musulmanes, creadores del álgebra, la poligamia, el baño cotidiano y otros logros superiores de la civilización. Por eso, al celebrar el Quinto Centenario del Empréstito, podremos preguntarnos: ¿Han hecho los hermanos europeos un uso racional, responsable o, por lo menos, productivo de los recursos tan generosamente adelantados por el Fondo Indoamericano Internacional? Deploramos decir que no.

En lo estratégico, lo dilapidaron en las ‘batallas de Lepanto’, en ‘armadas invencibles’, en ‘terceros reichs’ y otras formas de exterminio mutuo, sin otro destino que terminar ocupados por las tropas gringas de la OTAN, como Panamá pero sin canal.

En lo financiero, han sido incapaces, después de una moratoria de 500 años, tanto de cancelar el capital y sus intereses cuanto de independizarse de las rentas líquidas, las materias primas y la energía barata que les exporta el Tercer Mundo. Este deplorable cuadro corrobora la afirmación de Milton Friedman, conforme a la cual una economía subsidiada jamás puede funcionar. Y nos obliga a reclamarles, por su propio bien, el pago del capital y los intereses que, tan generosamente, hemos demorado todos estos siglos.

Al decir esto aclaramos que no nos rebajaremos a cobrarles a los hermanos europeos las viles y sanguinarias tasas flotantes de 20%, y hasta 30%, que los hermanos europeos le cobran a los pueblos del Tercer Mundo. Nos limitaremos a exigir la devolución de los metales preciosos adelantados, más el módico interés fijo de 10% anual, acumulado sólo durante los últimos 300 años.

Sobre esta base, y aplicando la fórmula europea del interés compuesto, informamos a los descubridores que nos deben, como primer pago de su deuda, una masa de 180 mil Kg de oro y 16 millones Kg de plata, ambas elevadas a la potencia de 300. Es decir, un número para cuya expresión total, serían necesarias más de 300 cifras, y que supera ampliamente el peso total de la Tierra. ¡Muy pesadas son esas moles de oro y plata! ¿Cuánto pesarían, calculadas en sangre?

Aducir que Europa, en medio milenio, no ha podido generar riquezas suficientes para cancelar ese módico interés, sería tanto como admitir su absoluto fracaso financiero y/o la demencial irracionalidad de los supuestos del capitalismo.

Tales cuestiones metafísicas, desde luego, no nos inquietan a los indoamericanos.

Pero sí exigimos en forma inmediata la firma de una ‘carta de intención’ que discipline a los pueblos deudores del Viejo Continente; y que los obligue a cumplir su compromiso mediante una pronta privatización o reconversión de Europa, que les permita entregárnosla entera, como primer pago de la deuda histórica.

Dicen los pesimistas del Viejo Mundo que su civilización está en una bancarrota tal que les impide cumplir con sus compromisos financieros o morales.

En tal caso, nos contentaríamos con que nos pagaran entregándonos la bala con la que mataron al Poeta.

Pero no podrán.

Porque esa bala es el corazón de Europa."

Este discurso de Luis García Brito nos hace sonreír por su ingenio y sarcasmo, pero no debería de hacerlo ya que pone de manifiesto lo ridículo e insostenible que es el monetarismo actual. Digo monetarismo porque a final de cuentas todos los “ismos” que se han podido generar en lo que conocemos como historia de la humanidad se sustentan y diferencian entre sí solo en los grados de responsabilidad que recaen en los diferentes sectores sociales en relación al manejo de la economía.

Si el punto no ha quedado claro todavía, citemos un ejemplo que corresponde a una esfera más personal y que atañe actualmente a más de 150 mexicanos que están disputando a bancos sumas multimillonarias por contratos contraídos en épocas de intereses altos como el caso precedente de José Luis Saldívar Cano quien ganó un fallo ante la Suprema Corte de Justicia de Chihuahua reclamando el pago de cerca de 1500 millones de pesos a Banamex y por cuyo pago el banco se amparó ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación con el respaldo del secretario de Hacienda Agustín Carstens.

En el monetarismo actual todos carecemos de libertad, no importa si soy el deudor o si soy el banquero.

¿Podemos concebir entonces un manejo alterno de la economía que no nos esclavice y que nos devuelva la tan añorada libertad?

Las propuestas han coexistido con el monetarismo a lo largo de toda su historia, pero, al igual que como sucede con la historia sobre el origen y la razón de ser de las leyes, han sido borradas sistemáticamente de nuestra memoria colectiva. La mayoría de aquellas experiencias que han sobrevivido y llegado a nuestros días se basan en las necesidades de un manejo diferenciado de la economía y en sus momentos de implementación fueron y siguen siendo sumamente exitosas.

Comencemos citando un documento surgido del ámbito de una economía alternativa conocido como el “Manifiesto del Dinero Abierto” producto de la pluma y experiencia práctica de Michael Linton:

“Preámbulo

La Declaración Universal de Derechos Humanos, ratificada por las Naciones Unidas en 1948, determina que:

* Artículo 2: Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.

* Artículo 3: Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.

* Artículo 4: Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas.

* Artículo 17: 1. Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente.

2. Nadie será privado arbitrariamente de su propiedad.

* Artículo 23: 1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.

2. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.

3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social.

* Artículo 25: 1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.

2. La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los niños, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección social.

Nuestro actual sistema monetario es:

* Una propiedad privada y se maneja por y para intereses privados: dado que los bancos emiten la mayoría del dinero circulante, es una propiedad privada y se maneja por manos privadas. Como consecuencia, los ciudadanos no tienen ni control, ni poder de decisión sobre la emisión de dinero y sus reglas de circulación. Los movimientos monetarios se deciden para la protección de intereses privados y no para los intereses de la Gente.

* Costoso: el dinero emitido por el crédito bancario es extremamente costoso porque se cobra la comisión de usura (interés). El interés es un beneficio específico y libre solamente para los emisores de dinero (los bancos). Si existe un beneficio en el proceso de la emisión de dinero, debería ser para toda la Gente, no solo para un solo tipo de entidad.

* Atesorable: dado que el dinero es atesorable y un recurso artificialmente limitado, se ha convertido en una herramienta especulativa que genera poder para los que lo atesoran en detrimento de los que lo necesitan.

* 80-20: la propiedad autoagregativa de dinero (cuanto más tenemos, más podemos invertir y más podemos tener) se expresa como el principio de Pareto, es decir que mayores cantidades se acumulan en manos de pocos.

* Insostenible: el interés es una curva exponencial, eso significa que su cantidad puede exceder rápidamente la masa monetaria actual. Por esta razón, los actuales sistemas monetarios no tienen otra alternativa que arruinarse, cuando la masa de dinero dedicada a las transacciones normales sea superada por el pago de interés.

Nosotros, la Gente, declaramos que

El actual sistema monetario, por las razones mencionadas arriba, no respeta los Derechos Humanos, en especial en lo concerniente a los artículos 2, 3, 17 y 25. Genera desigualdad, segregación, formas ocultas de esclavitud e impide el acceso a las necesidades básicas de la Gente (salud, comida, educación, casa, seguridad, trabajo…).

Por eso, Nosotros, la Gente, declaramos que:

1. Las herramientas y los medios de transacción que permiten que circule y crezca la riqueza, son un derecho innegable.

2. El dinero es una herramienta que debe ser emitida, poseída y manejada democráticamente por la Gente.

3. El dinero, como una herramienta de uso común, es gratuito.

4. En nombre del uso común, el dinero no es atesorable (mientras que la riqueza sí).

5. La cantidad de dinero en circulación será regulada por las necesidades descentralizadas entre personas, para que siga exactamente las necesidades y respete la libertad de uso de la Gente.

6. El dinero, como uso común, se maneja de forma transparente. Por esta razón se define el sistema monetario también como un Sistema Informativo, donde la información es transparente, libre, de acceso fácil, y parte del uso común.

7. El préstamo de dinero no puede ser retribuido por usura, sino por compartir la riqueza generada. Esto significa que los inversores y los empresarios tienen el mismo interés y trabajan hacia la misma dirección.

8. Debido a la transparencia favorecida por el sistema informativo, la abundancia de datos brutos permite la aplicación de un sistema justo de impuestos para restringir los principios de Pareto y aumentar la circulación de la riqueza. El sistema fiscal será manejado y decidido por la Gente a través de un análisis sistémico.”.

A continuación sería apropiado mencionar algunos de los diferentes intentos pasados y presentes de implementar monedas de intercambio complementarias y/o locales.

Cuando se habla de monedas locales, casi siempre se hace referencia a la exitosa experiencia histórica que tuvo lugar en el medio de la Gran Depresión en Wörgl, Austria. Esta pequeña ciudad, como cualquiera en este período, sufría del retroceso: 350 personas estaban desempleadas en una comunidad con una población de 4.216. Se les había vencido el seguro de desempleo a más de 200 de ellas en la primavera de 1932. Se redujo el ingreso fiscal y el ayuntamiento estaba cerca de la bancarrota. Entonces el alcalde Michael Unterguggenberger decidió emitir unos “certificados de trabajo” en Julio de 1932 como una moneda local para salir de esta crisis.

Se imprimieron billetes de 1, 5 y 10 Schilling y el ayuntamiento se los pagó a los obreros de construcción en forma de salario. Cada billete se vencía al fin del mes y se necesitaba pegar un timbre de un centésimo de su valor nominal para validarlo nuevamente. O sea, un “certificado de trabajo” de 10 Wörgl era válido sólo hasta el final del mes independientemente del día en se le recibía, y se tenía que comprar un timbre de 0.10 Wörgl y pegarlo en el certificado si no se lograba gastarlo antes del fin del mes correspondiente. Por esa “caducidad” obviamente era aconsejable que los portadores de esta moneda local circularan estos billetes en vez de ahorrarlos en casa, impulsando las actividades económicas en la comunidad. La oferta de dinero de 5.940 Schilling mensuales en promedio creó más de 2.5 millones de Schilling de transacciones durante un poco más de un año, permitiendo que el ayuntamiento gastara más de 100′000 Schilling para sus obras públicas y reduciendo el desempleo en un 25%. Incluso había personas que ofrecían pagar los impuestos por adelantado al poseer dinero excedente.

Este boom de moneda paralela, sin embargo, dio miedo a la autoridad central de Viena y Wörgl tuvo que terminar la circulación de este maravilloso dinero en septiembre de 1933. Muchos medios publicaron reportajes sobre este éxito que probó la eficacia de la teoría del dinero libre de Silvio Gesell. Actualmente el Instituto Unterguggenberger trabaja para hacer una colección de materiales y promover una nueva iniciativa contemporánea que se llama “I-motion” que ha inspirando muchas prácticas de monedas regionales en Alemania llamadas colectivamente “Regios”.

El Banco WIR se fundó en Suiza en 1934 como una sociedad cooperativa. Las siglas WIR se derivan tanto del nombre original de la cooperativa “Wirtschaftsring Genossenschaft“, como de la palabra alemana Wir que significa nosotros. En los estatutos de la Sociedad Cooperativa Wir se puede leer que es una asociación de ayuda mutua entre empresas comerciales, de fabricación y de servicios. Su objetivo es estimular a sus socios para que, con la aplicación del sistema Wir, pongan su capacidad adquisitiva al servicio recíproco y mantengan dicho poder de compra en la sociedad con el fin de proporcionar a los socios un volumen de negocios complementario.

La Sociedad cooperativa WIR es una comunidad que se caracteriza por un sistema monetario complementario. Como un banco central, emite su propia moneda, que circula entre sus socios en calidad de medio de pago y con la que se conceden los créditos. El valor del Wir está equiparado al del franco suizo (1 Wir = 1 franco suizo). Una de sus principales características es la ausencia de tasas de interés. Los depósitos en cuenta corriente no se remuneran, lo que implica una incitación a gastar rápidamente dicho dinero aumentando de esta forma el volumen de negocios entre los participantes. Al principio, los depósitos no sólo no recibían intereses sino que además se les aplicaba una retención con el objetivo de que el dinero se pusiera en circulación, una situación que actualmente ha cambiado ya que se cobra un módico 1% de interés sobre los préstamos, mismos que se abonan equitativamente sobre los depósitos.

Una contribución más reciente de moneda alternativa la podemos encontrar en la propuesta de los “Sistemas de Intercambio Comercial Local” (LETS, Local Exchange Trading Systems en inglés) que se comenzó a implementar en la comunidad canadiense de Courtenay, Columbia Británica por iniciativa Michael Linton y su esposa en 1982.

La situación en esa pequeña comunidad fue semejante a la de Wörgl mencionada anteriormente. Las tres fuentes de ingreso de los habitantes de la comunidad, una aserradora, una base militar y la afluencia de turismo dejaron de funcionar de forma casi simultánea y la gente estaba desempleada y tenía problemas.

Se implementó un sistema de intercambio de servicios por medio de puntajes que se registraban centralizadamente. La gente tenía acceso a un directorio donde se publicaban los servicios de intercambio disponibles y sus puntajes. Entre los miembros del grupo todos los pagos se realizaban de esta forma de puntos de tal manera que el balance completo de todo el sistema siempre era de cero.

Hoy en día el Sistema LETS está encontrando seguidores en todo el mundo e incluso ya hay iniciativas de implementarlo en nuestro país.

Estos tres ejemplos nos muestran que una forma diferenciada de implementación de sistemas monetarios no solo es posible, sino que incluso puede ser exitosa. Si bien hasta ahora no se ha propuesto ningún sistema que contemple realmente la posibilidad de generar una moneda diferenciada para cada uno de los mercados y sectores económicos, esto no quiere decir que esto no sea posible y deseable. Cualquiera que afirme y de por sentado al sistema monetario tal y como existe actualmente en realidad está perpetuando o queriendo perpetuar la falta de libertad humana y nos tendríamos que preguntar cuáles son sus motivaciones. Si la motivación es la defensa de sus intereses personales o de grupo, puede ser aceptable aunque no deje de ser cuestionable. Si, como afirman los teóricos de la conspiración, las motivaciones son de un tipo grupal iniciático y están encaminadas hacia un control absoluto del mundo evidentemente se necesitaría actuar con más celeridad para detener e invertir ese rumbo que está destruyendo al planeta. Pero la peor razón para mantener en pie este sistema es la ignorancia sobre su funcionamiento y sus implicaciones.

Hasta ahora solo he hablado de propuestas que contemplan la continuación de la existencia del dinero como un medio de intercambio real y abundante. Sin embargo, también existen propuestas más radicales como la llamada economía de recursos propuesta por el Da’Vinci moderno, el futurista norteamericano Jacque Fresco, en el marco de su “Venus Project”. Cito un reportaje sobre este importante personaje y su proyecto realizado por la televisión española hace algunos años.

“Tenemos al alcance de la mano los instrumentos necesarios para diseñar y construir un futuro que sea digno del potencial humano. El Proyecto Venus intenta mostrarnos cual es la dirección que debería tomar la humanidad para efectuar un rediseño total de nuestra cultura, utilizando el principal recurso del homo sapiens: nuestro propio ingenio.

Es cierto que en varias oportunidades grupos de sociólogos y expertos han intentado formular estrategias de cambio similares, pero en general solo se han referido a cambios superficiales. El Proyecto Venus enfoca este tema de una manera diferente, tomando en cuenta aspectos políticos y económicos, para proponer una nueva civilización mundial sostenible y diferente de cualquier sistema social que haya existido antes.

En la nueva cultura, las guerras, la pobreza, el hambre, la degradación ambiental y el sufrimiento humano son inaceptables. Está claro que los problemas que hoy enfrenta la humanidad no pueden ser solucionados política o económicamente de forma rápida, ya que no parece haber suficiente dinero para financiar los cambios necesarios, a pesar de tener bastantes recursos naturales. Por este motivo el Proyecto Venus se basa en la transición de una sociedad monetaria a una basada en los recursos globales. Por supuesto, este cambio requerirá un salto cuantitativo tanto en el pensamiento como en la acción.

La humanidad desde hace siglos ha basado el intercambio de bienes y servicios en el dinero. Todos los sistemas económicos del mundo, incluidos el socialismo y el comunismo, provocan la estratificación social porque están basados en la disparidad económica. Un sistema social que emplea dinero o el trueque provoca que la gente intente mantener una ventaja dentro de la competitividad económica. En la busca de esa ventaja se emplean métodos abusivos, injustos y hasta violentos. Este es el método de intercambio que emplea hoy la humanidad, y a menudo no es capaz de proporcionar un nivel alto de vida para cada uno de nosotros, ni tampoco puede asegurar la protección del medio ambiente porque el motivo principal es el “beneficio propio”. Como dicen en The Venus Project, el cambio cultural no ha acompañado al cambio tecnológico.

Jacque Fresco es uno de los impulsores más grandes de este cambio, y apuesta a una economía basada en los recursos. En esta forma de economía, todos los bienes y servicios están disponibles para todos, sin necesidad de dinero, créditos, trueque, o cualquier otra forma de deuda o servidumbre. Según Fresco, la Tierra es abundante en recursos naturales, y la práctica actual de racionarlos por métodos monetarios es contraria a nuestra supervivencia. La sociedad moderna tiene el acceso a tecnologías sumamente avanzadas que nos podría proporcionar alimento, ropa, alojamiento, asistencia médica, educación y energía (no contaminante) ilimitada. Sin embargo, esto solo puede lograrse con un uso inteligente y humano de la ciencia y la tecnología.

Muchas personas creen que la tecnología es la causa principal de la contaminación ambiental. Esto es falso. Lo que ocurre es que se está haciendo un mal uso de la tecnología. Las máquinas deberían servir para darnos mejor calidad de vida, para que tengamos menos horas de trabajo y más vacaciones. Según puede leerse en The Venus Project , “si todo el dinero del mundo fuera destruido, dejando la superficie del suelo, las fábricas, y otros recursos intactos, el hombre seguiría siendo capaz de construir aquello que desea y satisfacer también cualquier necesidad.”

El dinero no es lo que la gente necesita, sino el libre acceso a las cosas básicas de la vida. En una economía basada en los recursos, el dinero no sería necesario. Todo lo que se requeriría serían los recursos y la fabricación y distribución de los productos.

Cuando la educación y los recursos estén disponibles para toda la humanidad, sin un precio, no habrá ningún límite al potencial humano. En tal sociedad, la medida del éxito estaría basada en el cumplimiento de búsquedas individuales más que en la adquisición de riqueza, propiedad y poder.”

Para finalizar esta discusión sobre la economía alternativa, sería un pecado mayor no mencionar el proyecto de economía alterno más exitoso de los últimos 30 años y cuyo fundador Mohammed Yunus y su banco Grameen (en bengalí = del pueblo) se hicieron merecedores del Premio Nobel de la Paz 2006. He aquí un fragmento de su discurso de aceptación del mencionado premio:

“El capitalismo se centra en el libre mercado. Clama que mientras más libre es el mercado, mejor es el resultado de capitalismo en la solución de las preguntas de qué, cómo, y para quién. También clama que la búsqueda individual de beneficios trae el resultado colectivo óptimo.

Estoy a favor del refuerzo de la libertad del mercado. Al mismo tiempo, soy muy infeliz en relación a las restricciones conceptuales impuestas a los actores del mercado. Esto proviene de la suposición que los empresarios son seres humanos unidimensionales, que están dedicados a una misión en su negocio - maximizar el beneficio. Esta interpretación de capitalismo aísla a los empresarios de todas las dimensiones políticas, emocionales, sociales, espirituales, ambientales de sus vidas. Esto fue hecho quizás como una simplificación razonable, pero sustrajo las características esenciales de la vida humana.

Los seres humanos son una maravillosa creación que incorpora cualidades humanas y capacidades ilimitadas. Nuestro constructo teórico debería hacer sitio para el florecimiento de aquellas cualidades, no pretenderlas apartadas.

Muchos de los problemas mundiales existen debido a esta restricción contra los actores del libre mercado. El mundo no ha resuelto el problema de aplastar la pobreza que sufre la mitad de su población. La atención de la salud permanece fuera del alcance de la mayoría de la población mundial. El país con el mercado más rico y libre, falla al proporcionar la atención de la salud para un quinto de su población.

Hemos permanecido tan impresionados por el éxito del mercado libre que nunca osamos expresar ninguna duda sobre nuestra suposición básica. Para hacerlo peor, trabajamos más duro para transformarnos, lo más cercanamente posible, en los seres humanos unidimensionales que conceptualiza la teoría, permitiendo al funcionamiento sin complicaciones del mecanismo de libre mercado.

Al definir ‘empresario’ de un modo más amplio, podemos cambiar el carácter del capitalismo radicalmente, y solucionar muchos de los problemas sociales y económicos no resueltos en la amplitud del libre mercado. Supongamos que un empresario, en vez de tener una única fuente de motivación (como la de maximizar el beneficio) ahora tiene dos fuentes de motivación, que son mutuamente exclusivas, pero igualmente trascendentales, (a) maximizar el beneficio y (b) hacer bien a las personas y al mundo.

Cada tipo de motivación conducirá a una clase separada de negocio. Llamemos al primer tipo de negocio, un negocio que maximiza beneficio, y el segundo tipo de negocio, un negocio social.

El negocio social será una nueva clase de negocio introducido en la plaza del mercado, con el objetivo de hacer una diferencia en el mundo. Los inversionistas en el negocio social podrían recuperar su inversión, pero no tomarán ningún dividendo de la empresa. El beneficio sería reinvertido en la empresa para ampliar su alcance y mejoraría la calidad de su producto o servicio. Un negocio social será una empresa de no-pérdida, no-beneficio.

Una vez que el negocio social sea reconocido por la ley, muchas empresas existentes avanzarán para crear negocios sociales, además de sus actividades originales. Muchos activistas del sector no lucrativo también encontrarán en esto una opción atractiva. A diferencia del sector no lucrativo donde uno tiene que colectar las donaciones para mantener las actividades, un negocio social será autosostenido y creará un excedente para la expansión, puesto que esta es una empresa de no-pérdida. El negocio social entrará en un nuevo tipo de mercado de capitales para aumentar el capital.

Los jóvenes en todo el mundo, en particular en países ricos, encontrarán el concepto de negocio social muy atractivo puesto que esto les dará un desafío para hacer una diferencia, usando su talento creativo. Muchos jóvenes hoy se sienten frustrados porque no pueden ver ningún desafío digno, que los emocione, dentro del presente mundo capitalista. El socialismo les dio un sueño por el cual luchar. Los jóvenes sueñan con la creación de un mundo perfecto.

Casi todos los problemas sociales y económicos del mundo serán direccionados a través de negocios sociales. El desafío es innovar modelos de negocio y aplicarlos para producir los resultados sociales deseados rentablemente y de manera eficiente. La atención de la salud para los pobres, servicios financieros para los pobres, la tecnología de información para los pobres, la educación y capacitación de los pobres, la comercialización para los pobres, la energía renovable - todas estas son áreas emocionantes para el negocio social.

El negocio social es importante porque esto dirige los intereses vitales de la humanidad. Esto puede cambiar las vidas del 60% inferior de población mundial y ayudarles a salir de la pobreza.”

Una pequeña buena noticia de entre muchas malas es que el Banco Grameen y Carlos Slim el pasado septiembre del 2008 firmaron un acuerdo para que el banco comenzara a operar en México con un financiamiento inicial de 45 millones de dólares destinados inicialmente a por lo menos 80′000 microcréditos.

A pesar de esta buena noticia, queda claro que el monetarismo es la forma de perpetuación de la irresponsabilidad actualmente vigente. Es por eso que todos, incluso los que lo tienen, constantemente repiten frases como “no tengo dinero”, “cuando tenga dinero” o “no me alcanza el dinero” y los miles de libros que existen en el mercado para “programar la abundancia” simplemente no funcionan porque el dinero en el monetarismo fue diseñado para los “no tengo”, los “cuando tenga” y los “no me alcanza.” El dinero en su forma actual es una herramienta de esclavitud velada.

El mayor reto para recuperar la libertad es corregir el sistema económico monetario y eso solo se puede lograr si dejamos de entregar nuestras responsabilidades a otros.

Termino citando nuevamente a Silvio Gesell: “Si no somos capaces de resolver esta tarea que nos fue impuesta…, los gobiernos seguirán oscilando entre la izquierda y la derecha y entre la derecha y la izquierda. Cada oscilación incrementará la desorientación, la falta de consejo y ayuda.”

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